Incluida por la UNESCO en la Red de Mundial de Reservas de la Biosfera el 18 de marzo de 2016, ocupa una superficie de 259.643 hectáreas en España y 168.533 hectáreas en Portugal. Un amplio territorio, vertebrado por el río Tajo y sus afluentes de arroyos y riberos e integrado por catorce municipios extremeños de la provincia de Cáceres y doce freguesías portuguesas del Alentejo.
La vegetación mayoritaria está compuesta por formaciones de encinas, alcornoques, acebuches y olivos, así como abundantes manchas de matorral, que se alternan con áreas cultivadas, extensos pastizales y formaciones adehesadas. Entre los taxones vegetales más significativos se encuentran diferentes especies de orquídeas autóctonas o el lirio amarillo, símbolo del Tajo Internacional.
Las especies más relevantes son el águila imperial ibérica, el águila perdicera, la cigüeña negra, el buitre negro, el alimoche, el cernícalo primilla, la avutarda, el sisón, la nutria, el lagarto verdinegro, los galápagos leproso y europeo, la rana patilarga, gran diversidad de murciélagos y peces como el barbo comizo, la boga del tajo y la colmilleja.
Dólmenes, menhires, asentamientos y altares rupestres neolíticos, el Puente Romano de Alcántara del siglo II, los conjuntos monumentales de Alcántara, Brozas, Monsanto o Idaha-a-Velha, donde épocas y estilos entremezclan las distintas culturas milenarias.
El excelente grado de conservación de la fauna, la flora, el paisaje de la región, unido a sus elevados valores patrimoniales (castillos y murallas), culturales (con abundante huella rupestre y megalítica), etnográficos (aldeas históricas) y gastronómicos (cocina cinegética), hacen de la Reserva Transfronteriza de la Biosfera Tajo-Tejo un excelente lugar para experimentar un turismo activo alejado de masas, con caminos naturales e históricos.